Es un sábado de dicembre del año 2021, me levanto y voy por la leche pero me quedo atónito mirando una chapa pegada en mi frigorífico que lleva en cima una fecha: 22 de abril 2011. ¿Qué es esa? ¿ Quiénes son estas dos chicas dibujadas?. De repente me acuerdo de todo, del master que hice unos años atrás, de la universidad de Alicante, de mis compañeros, de una chica que cada día sacaba, no sé de donde, un bocadillo más alto que ella, me acuerdo también de un profesor que llevaba un pelo largo y rizado, que intentaba explicarme cosas para mi desconocidas: slideshare, zotero, blogger etc… Un día nos dijo: “todo esto será útil cuando empezaréis a dar clases”. De verdad a lo largo de sus clases no fue un alumno muy diliginte, pero hoy ya llevo 8 años dando clase y todavía nunca he utilizado ni uno de aquellos programas infernales, no por qué no sean útil sino por qué el mundo de la enseñanza aún está atado a los libros de textos y los ordenadores no tuvieron mucho éxito en los colegios. ¡Disminuyen la atención de los alumnos! afirman unos profesores, ¡demasiados gastos! se quejan los directores.
En cambio las redes sociales desbordan por internet, los chicos se quedan siempre más tontos delante de las consolas ultratecnológicas y continuan preferiendo las “cyeber-relaciones” a las más tradicionales. Wikipedia ha sido cerrado, “sabía demasiado….” me dijo un chico italiano que llevaba una gorda cicatriz en la cara.
Bueno, ahora me caliento la leche tengo mucha hambre y en cima de todo tengo que corregir un montón de exámenes.
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