-Grrrrffffmmmmrrrrsss
-No, Chewie, por mucho que te empeñes, ese no es el rumbo correcto.
-Gggmmmmsdddllrrf
-Te lo he explicado mil veces, necesito ir a Dagobah para hablar con el maestro Yoda.
-Ggggrrrmmfffggjjj
-Sabes muy bien por qué. Hace diez años que no le veo, desde aquel extraño adiestramiento que me dio. Y como está en el exilio, no puede venir a verme.
-Gggrrrfffjjjkkkssdd
-¡Chewie, basta ya de quejas! Sabes que sus enseñanzas en el uso de los recursos en la Red han sido básicas para mí. Aunque supongo que se puede trabajar sin ellas, pero es un error darles la espalda. Por eso le debo esta visita.
-Ggggyyyywwwrrrvvvmmm
-¿Mi mejor recuerdo? Probablemente sean los debates en clase acerca de los diferentes recursos. ¡Ah, y la clase sobre los cómics, claro!
-Gggggrrrrpppmmmbbb
-¿Sobre mí? Bueno, por lo que alcanzo a recordar, estuve bastante animado. ¡Y eso que no sabía ni la mitad de lo que los demás creían! Pero ya sabes: lo importante es la actitud. ¡Y mantente pendiente de los mandos! Entrar en el hiperespacio no es como dar un paseo por el parque.
-Ggglllrrrmmmss
-Sí, ya veo que estamos llegando... Eso me recuerda el día en que el maestro Yoda no vino porque tenía un compromiso ineludible... ¡qué pintorescas fueron las imágenes!
-Ggggrrrsssmmmjjj
-De acuerdo Chewie, no te aburriré más. Deberías haber estado allí. De todas formas, ya hemos llegado. Aterriza en aquel saliente, aléjate del agua estancada. Debo encontrar al maestro antes de que caiga la noche.
-Gggggrrjjjjssss
-Sí, Chewie, tendré cuidado, no te preocupes. Y recuerda, ¡que la fuerza te acompañe!
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